Esta magnífica inmersión tiene su origen en 1904. Los astilleros Northumberland Shipbuilding Co. Ltd. en Howdon on Tyne (Reino Unido) son los encargados de botar este vapor el 23 de diciembre de 1904 con el número de grada 120.
Poco tiempo después, en febrero de 1905, es completado. El SS Hillhouse, que fue su primer nombre, desplazaba 3.034 Grt, con una eslora de 99 metros, 14,63 metros de manga y un calado de 6,64 metros. Para mover esa masa de hierro y su carga, el buque iba provisto de una hélice propulsada por una máquina de vapor de triple expansión, fabricada por Richardsons, Westgarth & Co Ltd en Sunderland, que daba una potencia de 279 nhp y un andar de 11 nudos. Por cierto, potencia nominal que nada tiene que ver con la realidad física de la máquina. Ya que esa fue una manera de unificar, en los registros de las Sociedades de Clasificación, lo referente a la potencia de las máquinas.
El buque es entregado a la Seville & United Kingdom Carrying Co Ltd (J Cory & Sons Ltd) en Cardiff. Con esta compañía navegará hasta 1919 y en esa fecha, su nuevo propietario será Orders & Handford Steamship Co Ltd (J Cory & Sons Ltd), también con sede en Cardiff. Finalmente, en 1925, pasa a manos del armador checo Artur Zdenkovič y del abogado Erich o Julius Veselý (no he podido confirmar el nombre).
Con su nuevo nombre Arna, en honor de una dama llamada Arnoštka Zdenkovič, esposa del armador, el buque matriculado en Praga/ Trieste navegará a lo largo de tres años, hasta que el 16 de febrero de 1928, en un viaje de Bona (hoy Annaba en Argelia) a Middlesbrough (Reino Unido), cargadas sus bodegas con mineral de hierro, toca con las piedras inmediatas al cabo de Gata y se hunde.
El SS Arna apoya sobre su quilla en posición de navegación y, en general, se encuentra en muy buen estado. Mejor estaría si, en los años 50 no se hubiera volado la parte del puente. Noticia de la que no he encontrado confirmación, pero que, en cualquier caso, así parece que fue, pues la parte central se encuentra muy destrozada.
La zona mejor conservada es la que corresponde de popa a los medios. Especialmente espectacular es dejarse caer por la popa y ver la redondez típica de los vapores. Su enorme timón, algo a babor, es majestuoso. También se distingue perfectamente la bodega número cuatro, que invita a penetrar en su interior, con especial precaución por la suspensión y lo derrelicto del entorno. Pero a partir de esta zona hacia proa, comienza un caos de restos, entre los que destacan, por su tamaño, las calderas. No he recorrido desde esa zona a proa, eso quedará para otra inmersión.
La inmersión también cuenta con el aliciente de la numerosa fauna que merodea por la zona, aunque en esta segunda ocasión, la ausencia de corriente creo que no facilitó su presencia. No obstante, se vieron meros, corvallos, además de las siempre presentes mojarras, sargos, castañuelas y demás.
Para hacernos una idea del entorno realicé este vídeo que puede dar otra idea. Espero que os guste:
Enlace de interés:
Estupendo artículo. Como siempre muy documentado. Imagino que no cualquier centro de buceo de Cabo de Gata organiza inmersiones en este pecio.
Gracias Zenaida. Creo que todos la organizan. Solo es preciso algo de experiencia y titulación mínima.
Muy bonito y la musica de fondo me ha gustado mucho
Gracias Rosa